Boca Unidos no pudo hilvanar su tercer triunfo en el campeonato y se tuvo que conformar con sumar sólo una unidad en casa. A pesar de que el match finalizó sin goles, fue un partido intenso e interesante. El Aurirrojo arrancó el juego con la misma tesitura que había propuesto ante San Martín de San Juan: abrir la cancha, tratar de llegar por los extremos y ubicar al "Chino" José Vizcarra, o a lo volantes que llegan al área, para poder lastimar al rival.
Sin embargo, Douglas también tenía algo para mostrar desde la conducción de Elías Borrego, el acompañamiento de los volantes por los costados y la prestancia de un luchador Victor Gómez, que exigían máxima concentración en el fondo correntino para evitar sufrir los contragolpes fogoneros.
Con éste panorama, el primer tiempo fue bastante movido y con varias aproximaciones, que no se concretaron por no contar con la justeza necesaria para el último pase o remate. La superioridad del anfitrión, manifestada sobre todo por sus intenciones e ímpetu, invitaban a pensar que, en el complemento, perseverando en esa actitud se podría finalmente vulnerar a los de Pergamino.
Pero las cosas no se dieron de esa manera. Boca Unidos insistió con Dening y Ríos desnivelando por los costados, con Raymonda haciéndose eje y con Escobar situándose como el vértice de un cerrojo defensivo que trabajaba para minimizar las opciones de contra para la visita.
Como la cosa no cambiaba, Trullet decidió mandar a la cancha al "Pepe" José Sand y a Guillermo Marino cuando se había cumplido una hora de partido. Al bellavistense le ahogaron el grito por posición adelantada, promediando el complemento. Y aunque trabajó para el equipo, al igual que el volante ex U de Chile, ninguno de los dos logró romper ese statu quo que se había generado con un Boca Unidos que no podía cristalizar sus intenciones y un Douglas que apostaba siempre a la inspiración de Borrego.
Fernando Zampedri entró y tuvo muy poco tiempo para mostrar lo suyo. El Aurirrojo atacó hasta las últimas consecuencias, pero el Milan de Pergamino se hizo frontón y tuvo un par de posibilidades para llevarse "el gran botín". Espinoza, senaló la mitad de cancha y los contendientes tuvieron que repartir puntos. Esos que, en condición de local, siempre dejan sabor a poco.
Con éste panorama, el primer tiempo fue bastante movido y con varias aproximaciones, que no se concretaron por no contar con la justeza necesaria para el último pase o remate. La superioridad del anfitrión, manifestada sobre todo por sus intenciones e ímpetu, invitaban a pensar que, en el complemento, perseverando en esa actitud se podría finalmente vulnerar a los de Pergamino.
Pero las cosas no se dieron de esa manera. Boca Unidos insistió con Dening y Ríos desnivelando por los costados, con Raymonda haciéndose eje y con Escobar situándose como el vértice de un cerrojo defensivo que trabajaba para minimizar las opciones de contra para la visita.
Como la cosa no cambiaba, Trullet decidió mandar a la cancha al "Pepe" José Sand y a Guillermo Marino cuando se había cumplido una hora de partido. Al bellavistense le ahogaron el grito por posición adelantada, promediando el complemento. Y aunque trabajó para el equipo, al igual que el volante ex U de Chile, ninguno de los dos logró romper ese statu quo que se había generado con un Boca Unidos que no podía cristalizar sus intenciones y un Douglas que apostaba siempre a la inspiración de Borrego.
Fernando Zampedri entró y tuvo muy poco tiempo para mostrar lo suyo. El Aurirrojo atacó hasta las últimas consecuencias, pero el Milan de Pergamino se hizo frontón y tuvo un par de posibilidades para llevarse "el gran botín". Espinoza, senaló la mitad de cancha y los contendientes tuvieron que repartir puntos. Esos que, en condición de local, siempre dejan sabor a poco.
FICHA DEL PARTIDO
