CON EL ÚLTIMO ALIENDRO


Cuando faltaba muy poco para que el equipo de la Ribera pueda cargar un punto en las valijas y emprender el regreso, apareció Rodrigo Aliendro para darle la victoria al Funebrero y sepultar las ilusiones correntinas. Chacarita se sobrepuso a un partido accidentado y al golpe había significado el empate, Boca Unidos no pudo capitalizar el penal que tuvo a favor y se terminó lamentando. 


En el comienzo, ninguno de los dos equipos conseguía asociarse para lastimar al rival. Recién a los 13, un tiro libre de Manso requirió la moderada intervención de Sessa. A partir del cuarto de hora, comenzó a crecer el Aurirrojo, ganando la mitad de terreno, presionando en la salida y recostando su ataque por izquierda con Cháves. Un remate de Martinena, que pivoteó y sacó un derechazo, exigió una atenta respuesta de Taborda, que se arrojó sobre su palo. Un rato más tarde, el Tata Escobar se mandó una patriada que no pudo resolver de la mejor manera. 

Chacarita no podía acomodarse y, sobre la media hora de partido, sufría la baja de su "9", que se quedó clavado en un emparejamiento con Marcelo Ortíz y se retiró con una lesión que daba la pauta de haber afectado los ligamentos de su rodilla izquierda, algo que luego de finalizado el encuentro se ratificó.

Esto pareció despertar al local, que al ratito se arrimó con otro tiro libre ejecutado por Manso. Rocaniere cambió de trayecto del esférico con un cabezazo y Sessa desvió con mano cambiada. No obstante, la mala fortuna seguía castigando a Chaca: a los 38, Manso tuvo que dejar la cancha por una molestia y fue sustituido por Matías Soto Torres. Minutos después, el ingresado Cristian Milla, reemplazante de Bordacahar, la paró en el área y tuvo tiempo para acomodarse y rematar, pero el "Gato" puso la pierna para evitar la caída de su valla. Así, el primer período se cerró sin emociones por las buenas actuaciones de los arqueros. 

El complemento arrancó con más ritmo, y fue Chaca el que supo tomar ventaja. Una buena jugada iniciada desde la derecha con Zapata derivó cerca de la medialuna para Mellado, quien puso un pase en profundidad para Milla. El delantero remató pero Sessa opuso resistencia nuevamente, y el rebote le quedó a Matías Rodríguez que se acomodó y cruzó su disparo a la red. 

Rápidamente, Trullet mandó a la cancha a Dening por Sánchez Paredes para tratar de ser más incisivo en ataque. El propio Dening, terminó protagonizando la jugada que derivó en penal, luego de ingresar al área y caer al contacto del defensor rival. Baroni tomó la responsabilidad de cobrar la pena máxima, pero su remate fue devuelto por Taborda, que se arrojó a la izquierda y con la rodilla sacó la pelota. 

El local lucía sólido y la visita se la jugó con Diego Barrado por el Chino Benítez, y Nicolás Silva por Jonathan Cháves. La movida resultó acertada, porque la defensa del anfitrión se distrajo en un lateral, en el que Barrado recibió y cedió para Vizcarra. El "Chino" salió a buscarla en la puerta del área y, sin oposición, se perfiló y remató para vencer a Taborda. 

Chacarita parecía "cavar su propia tumba" porque, al golpe del empate, se sumaba la necesidad de meter otro cambio por lesión. Entró Rodrigo Aliendro en lugar de Miguel Mellado, y el "Tricolor" se lanzó por la hazaña aunque sin muchos argumentos para lastimar. Boca Unidos se dispuso para la contra letal, pero no pudo concretarla. En tiempo de descuento, Nicolás Silva picó a buscar un pase de Vizcarra y fue detenido con infracción por un defensor rival, en la réplica, Matías Moisés intentó cerrarle el paso a un oponente y le sancionaron falta. 

La última pelota cayó sobre el área aurirroja. Sessa, que había tenido una gran tarde, no pudo retener ese envío, y "con el último aliento", fue Aliendro quien sacó provecho de la situación y desató el delirio en el estadio. Con el último cambio, Chacarita terminó encontrando el triunfo que lo catapultó momentáneamente a la cima, y enterró el entusiasmo aurirrojo que había permitido alcanzar la igualdad. "Con el último Aliendro", festejó Chaca, y Corrientes se quedó con las manos vacías. 

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