El Aurirrojo volvió a trastabillar en condición de visitante, y permitió que Estudiantes de San Luis lo alcanzara en la tabla de promedios, en la que ambos comparten zona de descenso, aunque el panorama es más preocupante para los correntinos. El Verde resolvió todo en el complemento, donde afloró su mejor versión, Boca Unidos fue de mayor a menor y ahora siente que el agua empieza a llegarle al cuello.
Por Adolfo Pereira
El primer tiempo arrancó pero los jugadores tardaron en darse cuenta que el partido se estaba disputando. Con ritmo lento e impreciso, el duelo se desarrollaba como si se tratara de un encuentro a beneficio. En este letargo, el que parecía mejor plantado era Boca Unidos, un poco más avispado que su rival para recuperar la pelota y abrir la cancha, por donde entendía que estaba el negocio. Sin embargo, como ha sido costumbre últimamente, poner a los delanteros en situación de gol parecía constituía una tarea titánica.
Del otro lado, Cuello y Ada eran los encargados de tratar de romper la monotonía, sin mucho éxito en la primera parte, sufriendo con frecuencia la precisa intervención de algún defensor rival que aquietaba nuevamente las aguas.
Pero sobre el final Ada se encargó de mostrar que lo suyo iba en serio, y primero hizo amonestar a Martínez y luego tuvo una chance clara, sobre los 44’, en la que Hilario Navarro intervino oportunamente.
En el segundo tiempo, la cosa cambió decididamente: Estudiantes tomó la responsabilidad del partido y Boca Unidos perdió los destellos de fútbol que había mostrado en la primera parte. El local comenzó a crecer a partir de la inspiración de Ada, pero sobre todo con el ingreso de Israel Roldán, que rápidamente le aportó dinámica a la ofensiva puntana. Boca Unidos tuvo una gran chance a los 18’, cuando Sosa logró desnivelar por derecha y su centro fue cabeceado por Vegetti, saliendo la pelota muy cerca del primera palo de Lupardo. Fue una golondrina tratando de hacer verano, porque Estudiantes empezó su asedio y a los 26’, la “represa” correntina cedió: Roldán hizo una gran maniobra entrando al área aurirroja, pero la jugada la terminó Cuello ingresando por derecha y sacando un derechazo inatajable para Navarro.
Fue un cachetazo que dejó grogui a la visita, que ya no encontró respuestas futbolísticas para cambiar la situación. En tiempo compensatorio, el anfitrión liquidó el pleito con una buena definición de Santiago Aguirre. Ese gol sentenció la historia y llenó de sonrisas los semblantes puntanos, dejando las preocupaciones y la sensación de malestar a flor de piel para el conjunto correntino.