Por Adolfo Pereira
Difícil hubiera sido imaginar a Sportivo Las Parejas, a inicios de temporada, en el lugar que hoy ocupa. La notable producción de la temporada anterior para los de Leo Fernández, invitaba a pensar en un equipo protagonista, más allá de los cambios de nombres, varios de ellos significativos en los planes del entrenador.
Las lesiones también dinamitaron al plantel, y al DT le fue imposible hasta el momento repetir un once inicial. A ello se le debe agregar la anemia ofensiva, con sólo un gol convertido en la primera fecha y después una extendida sequía; las expulsiones, que conspiraron contra el fortalecimiento de la estructura defensiva; y cabe también señalar que no estaban contempladas las caídas sucesivas ante Gimnasia de Concepción del Uruguay y Douglas Haig de Pergamino.
La fecha de descanso le posibilitó a Fernández reordenar las ideas, recuperar soldados (Lechner y Romero se entrenaron diferenciado, llegarían con lo justo) y refrescar a la tropa, para ir en búsqueda del triunfo que traiga un poco de alivio. Leonel Ramírez se perfila como el arquero; Julián Acosta o Juan Pablo Vaschetto, Rodrigo Lechner o Julián Acosta, Maximiliano Romero y Luciano Lapetina conformarían la línea defensiva; Federico Pizzichini, Maximiliano Ribero y Santiago Brinone integrarían una zona media pensada para cortar el juego de los correntinos; y Santiago Gutiérrez, Daniel Salvatierra y Maximiliano Boschietti o Mauro Siergiejuk conformarían el ataque del elenco del sur santafesino.
No es el mismo equipo que cumplió una prolífica campaña en el certamen anterior, pero no le faltan nombres para estar en zona de clasificación. Leonardo Fernández ha probado sus cualidades como entrenador, por lo que cabe esperar una mejoría en el corto o mediano plazo.
No puede Boca Unidos subestimar al rival por su actual posicionamiento, a sabiendas que en este tipo de torneos las ubicaciones no necesariamente definen los momentos de los equipos. Sportivo lejos está de ser lo que pretende, pero no se pueden brindar concesiones ante un equipo que tiene en su ADN la inspiración para quebrantar a sus rivales.