Cuando muchos pensaron
que Boca Unidos ya no podía dar la nota, el conjunto correntino escribió
una página saturada de épica, por el rival: un Racing que venía de
consagrarse campeón en la Super Liga Argentina, y por las circunstancias
adversas y totalmente desfavorables para un equipo que llevaba pocos
días de pretemporada. A todo esto supieron sobreponerse para concretar
una hazaña teñida en sangre y oro.
Por Adolfo Pereira
CAMINOS OPUESTOS
Tras eliminar a Crucero del Norte en la fase regional preliminar de la Copa Argentina, el sorteo del cuadro principal puso a Boca Unidos frente a Racing ¡Vaya duelo! En tiempos de vacas flacas, la copa brindó a los correntinos la chance de volver a cruzarse con uno de los denominados "grandes" del fútbol argentino.
El
rival había empezado a jugar el partido desde sus influencias en AFA,
una gran campaña en el campeonato local y la participación en la Copa
Libertadores eran la prioridad de La Academia,
así que se jugaría cuando "Dios y Racing quieran". Se manejaron varias
fechas, algunas que atentaban dolosamente contra el fixture del Aurirrojo en el Torneo Federal. Finalmente, el conjunto que contaba con el querido Flaco Donatti en sus filas, se
alzó con el título de la Super Liga a fines de marzo, y el ribereño se
despidió mucho más rápido de lo esperado de la pelea por el ascenso,
días después.
De todas maneras, el plantel profesional correntino continuó entrenando bajo las órdenes de Carlos Mayor, por si llegaba algún llamado telefónico desde Avellaneda o desde la organización. Racing,
aún embriagado por las mieles de la conquista reciente, fue eliminado
con prontitud en la Copa de la Super Liga y licenció a su plantel. Nos vemos después de las vacaciones, Boca Unidos...
EN EL MOMENTO Y EN EL LUGAR MENOS OPORTUNO
![](https://i.imgur.com/fwQaqSy.jpg)
A mediados de junio, llegó la notificación, días antes de que La Academia
empezara a preparar su pretemporada, que incluía dos semanas de
acondicionamiento en Estados Unidos. El equipo de la ribera, con la
asunción de Daniel Teglia en la conducción técnica, recién pudo citar a los suyos a principios de julio; todo fríamente calculado desde Buenos Aires.
Boca Unidos
estaba mermado: numerosas bajas de la temporada anterior, algunos
jugadores a prueba, varios jóvenes de la cantera y los históricos
afrontaron los difíciles primeros días. A la única llegada confirmada de
Raúl Benítez, procedente de Huracán de Goya, se agregaron el arquero paraguayo José Aquino y el delantero José Vizcarra, quien llegó para reemplazar a Gonzalo Ríos que hizo las maletas y se fue a Central Norte de Salta.
Sobre este rompecabezas como base, se planificó un equipo combativo y contragolpeador por las bandas, en el que Martín Fabro y Gabriel Morales se repartirían la administración de la pelota, y Antonio Medina
jugaría como hombre más adelantado para quitarle referencia a la
defensa rival. Del otro lado, un conjunto reforzado, con una idea de
juego afirmada y físicamente en su punto óptimo saldría a imponer
condiciones. Ah, un pequeño detalle: el encuentro se disputaría en el estadio "Néstor Díaz Pérez - Ciudad de Lanús", a siete kilómetros del "Cilindro" y a 1000 del "Leoncio Benítez". Si había un beneficiado, que no se note...
A JUGAR DESVELADOS, PERO CON EL ALIENTO DE SIEMPRE
Como
si la balanza no hubiera estado lo suficientemente inclinada, al
plantel ribereño le sabotearon el descanso en la previa del encuentro. Boca Unidos
viajó a Buenos Aires y concentró para el partido en un hotel de San
Telmo. En plena madrugada, se activaron las alarmas del hotel y en
algunas habitaciones se cortó la luz ¿casualidad, no? una dosis de
coraje más para la visita.
Mientras
tanto, desde Corrientes y otras partes del país, arribaron en el
transcurso del fin de semana los hinchas aurirrojos. La eterna espera
alimentó el fuego en sus corazones y no iban a ausentarse en una jornada
histórica para el club de sus amores. El domingo es día de fútbol por
mandato divino, pero el lunes laboral atentó contra la presencia de
aquellos que tienen que llevar el pan a la mesa, teniendo en cuenta que
tocaba jugar lejos de casa. A miles no les quedó otra que seguirlo desde
las pantallas, no sólo desde Corrientes, sino también desde distintas
partes del mundo ¡Esta campaña volveremos a estar contigo!
ADAPTARSE, SOBREVIVIR Y A LOS PENALES
Desde el pitazo inicial de Mastrángelo, se jugó el partido que todos imaginaban. Racing asumió la responsabilidad que le correspondía y Boca Unidos
intentó cortar caminos y buscar a los más rápidos cuando podía cortar.
La primera ocasión clara se produjo a los 20', cuando el anfitrión movió
la pelota de izquierda a derecha y un centro rasante de Pillud fue suavemente desviado por Cvitanich. Esto permitió que Fabio Godoy pueda rescatarla en la línea y su despeje salvó la caída de la valla correntina.
Las
oportunidades de gol se sucedían en el área correntina pero una y otra
vez, los despejes oportunos y las intervenciones de un enorme José Aquino impidieron la apertura del marcador. Las patriadas de Medina
no alcanzaban para generar peligro en el arco blanquiceleste. Mientras
tanto, la lluvia empezó también a jugar su partido. Antes del final del
primer tiempo, Fernando Alloco debió sustituir a Godoy, que se retiró lesionado.
En el complemento, la dinámica fue similar: Racing
fue una tromba e hizo pesar aún más la superioridad física. Sin
embargo, las precipitaciones parecieron humedecer la pólvora de aquellos
apellidos acostumbrados a convertir. A falta de 20', Roberto Marioni -DT en el campo de juego porque Teglia aún no había arreglado su desvinculación de su club anterior- mandó al Chino Vizcarra por Toni Medina.
En medio del vendaval, el Aurirrojo tuvo su única chance, con un disparo de Fabro que Gabriel Arias respondió con solvencia. Un ratito antes, Soto se había perdido otra posibilidad neta para los de Coudet y sobre el final, la última fue para Matías Zaracho que pecó de egoismo en una contrasumamente peligrosa. Hubo que dirimir pleito desde los doce pasos.
SIN SUFRIMIENTO NO ES BOCA UNIDOS
Desde 2009, aquella oportunidad en que consiguió el ascenso frente a Patronato, la escuadra sangre y oro
no había vuelto a ganar desde los doce pasos por competiciones
nacionales. Un primer guiño favorable antes de la definición, fue llevar
la tanda al arco donde estaba apostado el público de Boca Unidos.
Un disparo alto pero bien direccionado de Licha López, dio comienzo a la serie. Leonardo Baroni, el otro capitán, tomó la responsabilidad del lado correntino y abriendo el pie izquierdo la acomodó lejos de Arias para empardar. En el duelo guaraní Matías Rojas se impuso ante su compatriota, acto seguido Martín Ojeda la puso donde tejen las arañas y volvió a igualar. Llegó el turno de David Barbona y allí se iluminó José Aquino, que aguardó hasta último momento y contuvo el disparo arrojándose levemente hacia su derecha. Lamentablemente, Martín Fabro no pudo con el guardametas rival en el siguiente penal.
El misil de Iván Pillud, aunque fuerte y centrado no pudo ser desviado por Aquino, que había acertado en su lectura nuevamente, pero Ariel Morales se encargó de llevar tranquilidad con otro tiro cruzado y elevado que no le dio ninguna chance al arquero chileno.
El quinto penal del lado académico partió desde los pies de Darío Cvitanich y se elevó por encima del horizontal e hizo estallar nuevamente a la parcialidad ribereña. La responsabilidad pasó al Chino Vizcarra , que no pudo concretar un regreso soñado, porque Arias adivinó su intención y mantuvo con vida a Racing. Un bicampeón de América con Chile en 2015 y 2016, el mediocampista Marcelo Arias,
se hizo cargo del sexto penal para los anfitriones pero al querer
"pincharla" la tomó muy de abajo y nuevamente la pelota se elevó con
rumbo errático. El entrerriano Fernando Alloco tuvo la posibilidad histórica y no la desperdició, con fuerte disparo hacia la derecha firmó una nueva hazaña para Boca Unidos, el fútbol correntino y nacional.
El
grito multitudinario se convirtió en un sapucay que tronó a través del
país y fundió en un solo abrazo a jugadores, dirigentes e hinchas de la
tribuna y los que desde sus hogares habían estado haciendo fuerza, desde
cada rincón de la Argentina y el mundo. La lluvia agregó los efectos
especiales para completar esa película de culto, que a un año de su
estreno vuelve a rodar en las mentes y corazones de quienes conforman la
gran familia aurirroja. Una vez más, Boca Unidos
demostró que mientras más "grande" es el desafío, más alto pondrá la
bandera del coraje y la bravura de los correntinos, para llenar de
orgullo a su tierra.
Fotos: Copa Argentina / El Gráfico / TyC Sports