Si bien de arranque estuvo a punto convertir, a Boca Unidos ayer le costó llevar al campo el estilo Trullet, de fuerte pressing, positiva circulación del balón y vértigo ofensivo. Iban apenas 3 minutos y el equipo se ilusionaba con un gol que finalmente no llegó. Gonzalo Ríos ganó terreno por la banda derecha y asistió a José Vizcarra, que ensayó un tiro al arco que pasó cerca del primer palo defendido por Alejandro Sánchez. Por el medio llegaba en soledad Emanuel Dening, a la espera de un último pase que nunca se produjo.
Sus mediocampistas se multiplicaban mejor en la media cancha, razón por la cual Chicago copó esa zona del campo durante gran parte del primer tiempo. Esto, conjugado con algunas imprecisiones de parte de sus rivales cuando el balón estaba en posesión del bando “aurirrojo”, resultó en un mejor arranque del dueño de casa.
Pero al “Torito” le costó pisar de lleno el área correntina, que se mostró firme en su última línea (nuevamente fue estandarte Matías Moisés). Entonces se repetían los tiros de media distancia del local, que tuvo una muy clarita con un disparo de Pablo Ruiz que besó el poste izquierdo del arco de Matías Garavano.
Más peligrosa aún fue una jugada en la que no lograron entenderse Pablo Vergara (jugó por el lesionado Diego Barrado) y Matías Escobar, en un balón que robó el local y dispuso de una doble chance, con un centro venenoso de Cristian Gómez (puñetazo de Garavano para despejar) y un tiro rasante de David Barbona, que capturó el rebote y por poco no le dio destino de red.
En otra del conjunto de Mataderos, en área propia Santiago Raymonda dudó a la hora de despejar, Federico Pattori le comió las espaldas y lanzó un centro a las puertas del arco, al que nadie llegó para empujar el balón a la red.
Poco hizo Boca Unidos de su habitual juego ofensivo, pero bastó para demostrar que si se lo proponía también podía lastimar. Como en aquella primera jugada, los ataques nacieron por las bandas, en este caso por la izquierda, sector por el que se desprendió Leonardo Baroni y recibió el pase de Raymonda, pero su tiro se fue apenas desviado. En una jugada similar el defensor congenió con Vergara pero tampoco tuvieron éxito. Todo esto, ya en el cierre del primer capítulo.
A la merma futbolística de Boca Unidos se le adosó la física, que en ese primer tiempo perdió por lesión a Marcelo Ortiz. El sustituto de Alexis Danelón debió ser reemplazado por el debutante Emanuel Olivera.
Durante el desarrollo del segundo tiempo Carlos Trullet acertó con los ingresos de Emanuel Perea (claro y ofensivo) y José Sand, y como contrapartida, Omar Labruna la pifió con las salidas de Ruiz y Barbona, de lo mejor en un dueño de casa que por momentos había dominado a su rival.
Bajó la intensidad del partido, el “Aurirrojo” se amoldó mejor, aunque esto no se tradujo en chances de gol. Sí tuvo una clarísima, a los 38 minutos, a la salida de un tiro libre y como consecuencia de una jugada preparada: todos esperaban el centro cuando Raymonda cedió para Ríos, recostado por la derecha, aunque Sánchez olfateó el asunto y tapó el tiro del chaqueño; luego vino un centro para Moisés y el cabezazo, si bien pasó cerquita, no tuvo destino de gol.
A esa altura, casi 40 minutos, Chicago ya jugaba con un hombre menos debido a la expulsión de Damián Lemos por doble amonestación, la segunda por derribar de un tacle a Ríos. Fue el momento del partido en que más lo buscó la visita, aunque el reloj no le dio demasiado margen. Es más, debió sufrir un poquito cuando Alejandro Gagliardi habilitó a Nahuel Benítez (ambos entraron en el complemento), pero Garavano cortó a tiempo cuando este último se perfilaba rumbo a su arco.
En un partido más bien discreto, se repartieron los puntos y no hubo mucha bronca al respecto. Para la bronca y otra clase de reparto, estuvieron los muchachos de Antenas y Perales en la popular local.
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Crónica del partido de Diego Acevedo para el diario El Litoral (Corrientes).
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