El Aurirrojo volvió a perder en su estadio en el barrio 17 de Agosto. El verdugo fue All Boys, con gol del correntino Maximiliano Salas, que lo superó por la mínima diferencia. El equipo volvió a mostrar orfandad de generación de fútbol y se quedó con las manos vacías.
Texto: Diario El Libertador.
Tercera derrota consecutiva de Boca Unidos, las tres jugando en el Leoncio Benítez, de doce puntos posibles solamente consiguió embolsillar uno solo. Números en rojo en este 2017 para Federico Domínguez y Oscar Ahumada, que lo dejan en una situación de vulnerabilidad extrema.
Debilitados y sin encontrar las respuestas futbolísticas. Al menos eso lo deja entrever el equipo en cada una de las presentaciones, en el empate ante Brown de Adrogué, y en Corrientes en las sucesivas derrotas con Santamarina de Tandil, Brown de Puerto Madryn y ayer el All Boys de "Pepe" Romero.
El técnico, en su afán por cambiar el presente, ayer realizó cinco cambios con respecto al once goleado por los sureños de Madryn. Fabio Godoy, Alejandro Villoldo, Diego Sánchez Paredes, Carlos Ross y Cristian Núñez; titulares, pero no fueron solución a este momento que atraviesa la entidad ribereña.
Mariano Miño se mostró entusiasta, se animó a ir para adelante pero no encontró compañía en la generación de juego, ni Martín Fabro, ni Osmar Ferreyra se animaron a juntarse con el mercedeño para alimentar de fútbol las intenciones ofensivas de Boca Unidos.
En la primera mitad un par de aproximaciones, producto de disponer de pelotas paradas. En el complemento Miño dilapidó la más clara, cuando perdió ante el achique del golero Nahuel Losada. El gol de la visita terminó por desordenar todo el andamiaje local. Pero en ese desorden sólo para rescatar un cabezazo de Ariel Morales que pegó en la base de uno de los postes.
Después fue empuje y ganas que quedaron reducidos a nada ante la falta de un bagaje de respuestas y variantes que el equipo no supo encontrar. Los centrales del Albo, Pablo Frontini y Emir Faccioli le ganaron siempre a Núñez, que a pesar de todo peleó y luchó siempre. Las variantes no fueron resultados para dejar atrás una racha que deja en evidencia que el predicamento de Domínguez no es asimilado por los protagonistas en el campo de juego.