REFLEJO DE UN AÑO PAUPÉRRIMO



El mal año que padeció Boca Unidos, quedó absolutamente refrendado ayer al caer estrepitosamente por 4 a 1 ante el novel Agropecuario de Carlos Casares, en el Predio Leoncio Benítez. La visita se aprovechó de todas y cada una de los groseros errores del Aurirrojo, que está en descenso directo.

Cuando un equipo falla en todas sus líneas y solo un par de jugadores pueden ser rescatados de la hecatombe, suceden cosas como las de ayer. Porque solo Ariel Morales en la defensa y el despliegue constante de Germán Herrera en la zona media salvaron del incendio generalizado. 

Dentro de un primer tiempo friccionado, con muchos pases mal dados y sin que nadie prevaleciera, la visita estuvo a los 20' cuando un centro de Cristian Barinaga a punto estuvo de empujarlo Exequiel Narese por el segundo palo. Boca Unidos avisó a los 27' en una mandada de Herrera, pero su centro fue muy pasado para Pablo Vegetti. 

Incluso Narese volvió a encender la alarma con un disparo desde afuera a los 33'. Es cierto que Rodríguez Rojas le quemó las manos a Fabian Assman a los 39' y lo peor llegó en tiempo de descuento. Iban 47', cuando en un tiro libre del "Malevo" Ferreyra y jugando con diez, porque lo atendían afuera a Alan Pérez, vino la contra y el local quedó muy mal parado atrás, lo que llevó a la falta de Leonardo Baroni sobre Barinaga y el mismo mediocampista, con una exquisitez de tiro libre, la colgó de un ángulo para el 1 a 0. 

En el complemento, no variaba demasiado la cuestión cuando el infalible Pablo Vegetti estampó la igualdad a los 13'. Un despeje de cabeza pasó entre varias líneas y el "9" se filtró entre los centrales y clavó un zurdazo para el festejado 1 a 1. Tras cartón, se desplomó Rolando Ricardone (debió ingresar la ambulancia para asistirlo, pero por suerte solo sufrió un golpe de calor), aunque debió ser reemplazado. Ese gol dio ánimos a los ribereños y enseguida Herrera habilitó al goleador, pero su tiro fue apenas desviado cuando todos aclamaban el 2 a 1 local. 

Y otra vez, se durmió la defensa correntina. Un centro de Blando de izquierda a derecha y el ingresado Martín Prost, quien paró, apuntó y sacó un latigazo bajo y cruzado para el 2 a 1 visitante a los 20'. Y continuó la catarata de goles. Vino un córner de Barinaga, calculó mal Arnaldo Giménez, y el central Juan Tejera desde lejos cabeceó al arco vacío para el 3 a 1. 

El cuarto llegó enseguida. A los 32’, Barinaga escapó por derecha, nuevamente equivocó los caminos Giménez, que fue al piso para despejar hacia el medio y el regalo lo tomó Prost para el lapidario cuarto gol. 

Sin sangre, sin actitud, ni siquiera vergüenza deportiva, el equipo se fue con cabezas gachas, derrotado por goleada y lo más preocupante: en zona de descenso. Este partido fue el fiel reflejo del calvario que vivió el equipo de la Ribera en todo el 2017.

Crónica: Diario Norte Corrientes.
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