Moralejas para la victoria


Ante un lobo uruguayense que no resultó tan feroz, Boca Unidos interpretó mejor las lecciones de la fábula que este partido le proponía. Fue Gabriel Morales, con dos intervenciones extraordinarias, quien entendió cómo lastimar al rival y marcó el camino para conseguir otro triunfo, el tercero al hilo, en Concepción del Uruguay.


El Gimnasia de este relato tenía mucho en común con el cánido de la famosa fábula del lobo y el cordero: llegaba al partido hambriento, necesitado de un triunfo que saciara su apetito de revertir la suerte en un torneo que viene siendo esquivo. No obstante, sabía que la "presa" que apareció en su horizonte no iba a ser fácil de atrapar, porque Boca Unidos no tenía la intención de entregarse inocentemente. 

De entrada, el Aurirrojo mostró  el instinto cazador que le permitió capturar sus primeros halagos. A los 7', un centro de Leonardo Baroni desde la izquierda derivó en Braian Lluy pero su remate fue desviado por Lucas De León. Lo del local fue puros aullidos en los primeros minutos de juego: merodeando el área rival, a los 16' un tiro de esquina desde la derecha ejecutado por Leonel López culminó con un cabezazo alto de Ricardo Bernay, que un par de minutos después "le mostró los dientes" al Toni Medina, pero se ganó la primera amarilla de la tarde.

A los 22', otra vez Boca Unidos soltó las garras y esta vez lastimó: Ronald Huth envió un largo pelotazo desde el fondo, que el Chino Vizcarra dejó pasar con un ademán para habilitar a Gabriel Morales. El zarpazo dejó una herida profunda, porque el rosarino se filtró a espaldas de una defensa que salía en línea, desairó en media baldosa a Emilio Lazza y solo frente a De León esperó que el arquero se incline hacia un lado para definir al opuesto y estampar el 1 a 0.



Lastimado, el Lobo entrerriano salió en procura del empate. Avisó al minuto, por errores defensivos consecutivos de la visita, la segunda con remate final desviado de Matías Fonseca. Al ratito, el 10 albiceleste volvió a filtrarse en el área y el juez Méndez Cedro juzgó que el arquero José Aquino lo tocó al tratar de obstaculizar su definición. Manuel Bustos se hizo cargo de la pena máxima cuando el reloj marcaba 26', pero su disparo salió alto, para lamento de la manada anfitriona.   

Con el partido abierto y ambos oponentes tratando de agredir al rival, Lluy se lo perdió nuevamente mano a mano con De León a los 29' y Aquino se lo negó a Bustos a los 32'. A pesar de que la intensidad de los ataques disminuyó después, a los 37' Medina filtró un pase para Caneo que se metió al área, el 10 ribereño no quiso ser egoísta y, al ceder para Vizcarra, otra vez De León se interpuso. En el cierre del primer tiempo, Gimnasia desperdició un contraataque mal definido por Fonseca

En el inicio del segundo tiempo, el conjunto correntino salió tierno como cordero y el Lobo no perdonó: al minuto, Bustos se metió a espaldas de la defensa aurirroja por izquierda y asistió a Fonseca que no falló de frente al arco para poner el 1 a 1

El empate, lejos de desalentarlo, le permitió a Boca Unidos entender la lección de ésta fábula: a pesar de que puedan dañarlo, este equipo tiene gran capacidad ofensiva para sobreponerse a las adversidades. Y si ya no se podía entrar tocando al área, el disparo de media distancia podía ser una alternativa. 

El primer jugador en captar la idea fue Gabriel Morales, que no se relajó con el gol que había marcado. El volante aurirrojo continuó intentando, probó un par de veces a De León, a los 5' y a los 14', para calibrar la mira; y a los 18' sacó un derechazo que se clavó en el segundo palo para el 2 a 1, lejos del guardavallas rival. 

CAZADOR DE LOBOS. Gabriel Morales, autor de los goles para el triunfo correntino.  


Un rato más tarde, a los 22', el Pájaro Benítez (había ingresado por Vizcarra), tuvo en una contra la chance para la estocada final, pero nuevamente el 1 local le dijo que no. 

Aún más herida, la escuadra mensana no se entregó. Bustos tuvo otra posibilidad para empatarlo a los 24', pero Aquino le ganó el duelo, esta vez por duplicado. Medina también lo intentó a los 27' con una maniobra individual por izquierda, pero su remate salió alto. 

Los cambios le sentaron mejor a Boca Unidos que a Gimnasia, porque Matías Espíndola entró para dar una mano en la contención y el Chiqui Maciel le dio un poco de oxígeno a un elenco visitante, que evidenció el desgaste y dejó venir al rival hasta el final. El Lobo uruguayense, ya muy lastimado, fue al frente hasta el último suspiro sólo por el compromiso de estar jugando en su guarida, pero ya no tuvo fuerzas para atacar con peligro a una visita que hizo prevalecer su instinto cazador.

La próxima semana, el Aurirrojo recibirá en Corrientes al Elefante y, ante un mamífero de mayor porte, no podrá cometer los errores que pudieron convertirlo en presa del conjunto entrerriano; también en eso hay una lección para aprender.  


Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente