Palavecino, una apuesta en la delantera

Una joven promesa del fútbol cordobés desembarcó en el Aurirrojo, trayendo el sueño de convertirse en futbolista profesional en el botinero. Se trata de Pablo Palavecino, delantero de 21 años procedente del club Las Palmas que se transformó en la segunda incorporación de este mercado de invierno para la escuadra sangre y oro y firmó un extenso contrato por 18 meses.

El fútbol está cargado de historias de superación bajo el manto del profesionalismo. No todos llegan, menos aún son los que se mantienen, pero los que lo han logrado a menudo hacen referencia a dos palabras: resiliencia y perseverancia. Si, muchos futbolistas profesionales son como monjes que en lugar de túnicas visten de camiseta y short, y en lugar de un rosario rezan cada vez que ponen una pelota en los pies. 

La del recientemente arribado a Boca Unidos parece la historia de un aprendiz de monje, que inicia en Corrientes su peregrinación ascendente hacia el Himalaya, la Iluminación, La Meca, la unidad con La Fuerza, o el Santo Sepulcro, según la creencia que Usted profese. 

Nacido en el año 2000, de una familia que a sale a diario a ganarse el sustento, Pablo Palavecino se formó en el Club Avellaneda y a los 15 años pasó a Talleres de Córdoba. Jugó en juveniles de AFA y llegó a integrar el elenco liguista de La T, pero los pecados de la juventud pusieron piedras en el camino. 

Es parte del andar de los orantes. No eligió el flagelo para purificar su alma, sino que optó por seguir la estrella que vió en la noche más oscura. Regresó al Club Avellaneda primero y luego fichó por Las Palmas para disputar Torneo Regional Amateur. 

Antes de arribar a Corrientes, jugó en el equipo que actualmente conduce una leyenda de Belgrano como Juan Carlos Olave, donde destacó como extremo o volante libre por detrás de los delanteros. Le atribuyen gran capacidad de desequilibrio y mucho gol, dos características que serán bienvenidas si logra ensamblarse en el esquema de Rolando Carlen

Palavecino eligió creer, en el mismo, en su sueño de convertirse en futbolista profesional, por eso no bajó los brazos y siguió trabajando, a la espera de su oportunidad, la que finalmente llegó de la mano de Boca Unidos, donde buscará seguir su camino ascendente enfundado en la camiseta sangre y oro, y con un extenso vínculo de un año y medio que prevee una larga estadía en Corrientes.

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