DOLOROSA DERROTA


El conjunto dirigido por Christian Bassedas sufrió la eficacia de un Nueva Chicago letal, y terminó siendo derrotado por 2 a 0 con goles de Alejandro Melo y Alejandro Aranda. Fin de un invicto de siete partido en la era del entrenador actual.


Partido parejo, al mejor estilo de un cotejo de ascenso. Áspero, con pocas situaciones claras de gol y dos rivales esperando la iniciativa del otro. El detalle, no menor, que hizo la diferencia fue la contundencia del Torito para convertir sus dos goles en el momento justo.

Si bien no tuvo mucha posesión de balón, el que tomó la posta desde el comienzo fue el Aurirrojo, de la mano de su creador de juego Mariano Miño y la ayuda de Osmar Ferreyra. Al minuto del inicio, Germán Herrera quedó mano a mano ante el Oso Sánchez, que tuvo su primera gran acción del partido y anticipaba que su valla iba a ser difícil de vencer.

Fue una de las situaciones más peligrosas del primer segmento, porque ambos se veían frenados en mitad de cancha, producto del trabajo de Federico Fattori en la visita y Diego Sánchez Paredes en el dueño de casa.

Un error desde el fondo de Fabricio Henricot dejó con la pelota a Lucas Baldunciel a metros del área; el delantero definió cruzado y se fue cerca del poste. Más allá de eso, Chicago no incomodó mucho y para colmo sufría en defensa. Una guapeada de Rolando Ricardone terminó en un buen centro que esperaba Federico Nieto, pero Adrián González lo tomó de la camiseta y Suárez indicó la pena máxima.

El Malevo Ferreyra, con buenos antecedentes, se hizo cargo del penal pero el palo derecho de Sánchez le dijo que no. El golpe por la oportunidad desperdiciada trajo secuelas: tres minutos después, Alejandro Melo capturó una pelota bollando en el área y con Henricot como cómplice, terminó marcando el desnivel del partido.

En el complemento, a pesar del bache de los últimos minutos antes de ir a los vestuarios, Boca Unidos mantuvo la actitud de tener la iniciativa, pero por momentos muy impreciso y sin encontrar los espacios para vencer la resistencia de los de Mataderos.

A los 8 minutos, Carlos Ross tuvo una primera chance de marcar el empate con un remate cruzado dentro del área que salió rozando el palo derecho del portero verdinegro. Chicago se paraba decididamente de contra para liquidar el encuentro jugando con el nerviosismo propio de su rival.

La más clara del segundo tiempo fue también del chileno Ross, que recibió una habilitación de Federico Nieto, quedó cara a cara con Sánchez y definió casi a quemarropa pero la humanidad del enorme arquero fue predominante y se quedó con una pelota crucial.

Ya en los últimos minutos, ambos equipos sin piernas con el desgaste hecho, los dirigidos por Bassedas iban con más empuje que decisión y así fue como una pelota perdida por Sánchez Paredes, terminó con un preciso contraataque del Torito que tuvo como finalización una gran definición del ingresado Alejandro Aranda por encima de Henricot para sentenciar el pleito.

Fue final y sensación muy triste para el anfitrión, porque mereció un poco más, no estuvo fino y no fue superado por la visita pero no alcanzó. Los jugadores se despidieron con aplausos, la gente entendió el momento y le brindó ánimo para enfrentar otro durísimo compromiso: el próximo lunes en Paternal, ante el inalcanzable líder Argentinos Juniors.
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