Para conmemorar una fecha muy especial, entrevistamos a la ex-arquera Andrea Meli, que durante varios años fue la encargada de custodiar la valla ribereña y se erigió en pieza fundamental del primer hito que consiguió el deporte del palo y la bocha para el sagrado manto rojo y amarillo. "Fue el comienzo de tantas cosas lindas que vivimos en Boca Unidos" destacó, recordando la consagración de las Damas Mayores de hockey en el Torneo Oficial 2010.
Por Adolfo Pereira
Tanto tiempo lejos de las canchas y con el peso de la preocupación social que genera la escalada del covid-19 en Corrientes, es inevitable buscar refugio en los gratos momentos del pasado donde el foco estaba en salir a competir todos los fines de semana en los distintos escenarios deportivos. Fue por ese lado donde comenzó nuestra charla con la primera arquera del plantel superior femenino de Boca Unidos, quien supo escribir con tinta dorada su nombre en la historia del club.
Andrea Meli, es una de las que también encuentra alegría en la añoranza de aquellos tiempos: "este año tan raro una recuerda esos momentos lindos en la cancha disfrutando. Y hoy ya estamos a diez años de ese gran logro. La verdad que con las chicas siempre nos acordamos y lo llevamos muy dentro, con mucha alegría", señaló en el comienzo de la entrevista con República Aurirroja, por Mega 98.1
En todos los deportes colectivos, un grupo unido suele ser la clave sobre las que, se construyen los grandes éxitos: "Con la base de las chicas, nos conocemos desde los 13 años". Y aunque se conocían de muy jóvenes, la conformación del equipo que luego llegó a la cima, se dio de a poco: "Algunas de las chicas habían dejado, yo por ejemplo, por algún tiempo. Y se dio la oportunidad, se hicieron los contactos con Boca Unidos y así fue como llegamos. Al principio entrenando poco, por ahí llamando a algunas a último momento, pero la base estaba. Siempre digo que no hacía falta quizás tanto entrenamiento, por conocernos de tantos años, y fue lo que pasó: al final del torneo salimos campeonas" comentó la arquera.
Más allá de haber compartido cancha desde la adolescencia, la presencia de los clubes tradicionales y otros cuya estructura se había conformado con anterioridad, implicaban un desafío complejo para un equipo que se estrenaba en la categoría. Al respecto, explicó que: "en ese momento, no había tantos equipos como ahora, pero la mayoría estaba armado y tenía un camino hecho, venían juntas de varios años y todos los rivales nos costaron. Como te decía, nosotros nos armamos al principio con pocas chicas y después se fueron sumando, también eso influyó".
Meli fue determinante durante todo el torneo, pero aún más en las semifinales ante Regatas de Resistencia en las que atajó dos penales y en la final ante Jaguareté, en la que contuvo otros dos; "Me acuerdo muy bien esos dos partidos, que definimos por penales. La clave estuvo en el entrenamiento. Las últimas semanas, entrenábamos casi tres horas por día y la última media hora practicábamos penales. Y en el momento de la definición, la intuición cuenta mucho", resaltó.
La consecución del título fue el primer peldaño de una escalera que llevó al Aurirrojo a instalar su nombre en competencias federales también en el hockey: "Ese fue el gran comienzo, casi sin pensarlo, de un montón de cosas buenas que vinieron. Enfrentamos equipos importantísimos, de otras ciudades, fue un reto muy difícil. Nosotras los afrontamos con menos recursos. Por ejemplo, tuvimos muchos años después una cancha sintética, eso nos atrasó mucho a nivel regional", pero el hambre de gloria que generó ese primer campeonato constituyó, a decir de la custodia de la valla, el estímulo que las llevó a competir de igual a igual contra las potencias de otras provincias: "Nos tocó arrancar en desventaja, pero el corazón de cada una de nosotras nos llevó a poner todo y lograr grandes cosas fuera de Corrientes, llevando muy bien puesta la camiseta de Boca Unidos".