El delantero patagónico fue uno de los últimos jugadores en incorporarse a las prácticas del plantel profesional de Boca Unidos debido a las dificultades de traslado en el contexto de Pandemia: "es un viaje que es de punta a punta en el país. Son 2800 kilómetros los que me separan de mi casa" remarcó. No obstante, ya trabaja junto a sus compañeros y buscará volver a ganarse un lugar entre los titulares.
Por Adolfo Pereira
Renzo Reynaga, el atacante santacruceño que llegó a Boca Unidos a mediados de 2019, conversó con República Aurirroja en la pasada edición de jueves, por Mega 98.1. Hizo referencia a la travesía que vivió para llegar a Corrientes y reintegrarse al trabajo del equipo comandado por Claudio Marini, las peculiaridades de su reacondicionamiento y el envión anímico que generó la formalización del sistema de juego y la aparición del fixture.
La pandemia ocasionada por el Corona Virus afectó profundamente la movilidad en el territorio nacional. Con los servicios de transportes de pasajeros reducidos al mínimo, Reynaga tuvo que apelar a una alternativa particular para iniciar su camino de regreso a Corrientes "Costó mucho porque yo estaba sin auto y es un viaje que es de punta a punta en el país. Son 2800 kilómetros los que me separan de mi casa y la verdad que no ha sido nada fácil. Junto con el presidente del club hemos buscado las formas de llegar", explicó en el inicio de la entrevista.
Fue una auténtica odisea, que entre tantas complicaciones tuvo un respiro de felicidad: "Conseguimos un auto con el cual yo me fui a Rosario y se dio justo la fecha para el nacimiento de mi hijo. Así que mi idea fue ir, estar ahí, hacerme el PCR y venirme tan pronto tenía el resultado. Por un motivo u otro, el permiso desde Corrientes no me daban y se dio la casualidad de que justo nació mi nene y yo pude estar ahí. Desde principio, la idea era venir cuanto antes".
Los tiempos de incertidumbre parecen haber quedado de lado. El Consejo Federal presentó el sistema para definir los ascensos a Primera Nacional y la competencia arrancará en diciembre. Esto se convirtió en un aliciente: "Hoy, que ya sabemos que va a pasar, estamos mucho más motivados y mantenemos la ilusión. Eso ayuda a entrenar con muchas más ganas". dijo en referencia al renovado entusiasmo del grupo.
El cambio de relieve y clima también impactó en su acondicionamiento: "Me costó los primeros días. En primer lugar, por la diferencia de temperaturas: allá estaba con 13 o 14°C y al venir acá me encontré con 30°C, es una gran diferencia. Después, está el tema del aire, que allá es seco". Sin embargo, la cercanía del arranque y una mayor competencia en el puesto (con la llegada de Gonzalo Ríos), le exigen encontrar su mejor nivel con prontitud: "Claudio (Marini) me dijo: no tenés tiempo, te tenés que poner al cien por ciento ya. Por otro lado, mientras más nivel haya en el plantel, la vara va a ser más alta para cada uno de nosotros y vamos a mejorar como jugadores, en lo individual, y como equipo en lo grupal. Así que estoy contento por eso". señaló, redoblando la apuesta.
El camino del Aurirrojo rumbo al ansiado objetivo será pedregoso. Para empezar a soñar, el primer paso es superar una fase de grupos. El delantero ribereño afirmó que el nombre del club es un argumento de peso en la categoría: "Sabemos que somos Boca Unidos y a donde nos toque ir a jugar, en la condición que nos toque, más allá del rival que tengamos enfrente, sabemos que tenemos que salir a ganar. Tenemos que ser protagonistas siempre" enfatizó. Y fue igualmente contundente, en el mensaje de cierre dedicado a los hinchas: "que nos hagan el aguante como lo vienen haciendo, que nosotros vamos a dar todo por la camiseta y por el club".
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