Podio argentino y orgullo correntino

El primer equipo de Cestoball de Boca Unidos redondeó un fin de semana espectacular subiéndose al podio de la Liga Nacional en modalidad playa, que se disputó en la capital correntina. Las ribereñas jugaron cuatro partidos y solo cayeron ajustadamente en las semifinales. Otra muestra de lo que están hechas.

Las tricampeonas del cesto correntino trasladaron todas sus destrezas del parquet a la arena para, una vez más, inflar el pecho de orgullo a quienes las siguen y dejar a la institución Aurirroja entre las mejores del país en la disciplina.

La Liga Nacional de Beach tuvo lugar en la Playa Arazaty II, hasta donde llegaron delegaciones femeninas y masculinas desde Buenos Aires, Santiago del Estero y Tucumán. Sitas de El Palomar fue el digno campeón entre las chicas, venciendo en la final a Central Córdoba de Santiago del Estero, que dejó en el camino a las ribereñas en una reñida semifinal.

El periplo de las Guerreras comenzó con el pie derecho el sábado, donde dieron sobrada muestra de un nivel que ya excede el plano local y regional, porque derrotaron a Mitre de Santiago del Estero por 25 a 16 y luego se llevaron puesto a Sportivo Villa Ballester de Buenos Aires -por 38 a 27-, uno de los mejores equipos del país cestobollero.

Luego de clasificar en el primer lugar de la Zona A, se enfrentaron el domingo a las Ferroviarias en una semi que tuvo todos los condimentos, reñido en el juego y en la fricción, y muy charlado con los jueces. Finalmente la balanza se inclinó 20-18 para las santiagueñas, que amargaron en el momento a Boca Unidos.

Pero volvemos a lo mismo de siempre: el espíritu de lucha, el estirpe ganador. No llegar a la final, con la ilusión de haber hecho una brillante primera fase, fue un mazazo que no les impidió ver hacia adelante y proponerse otro objetivo: estar entre los tres mejores clubes del país y subirse a un muy prestigioso tercer lugar.

En el camino estaba otro enorme desafío de enfrentar a Ballester y demostrar que el triunfo el día anterior ante el mismo rival para nada fue suerte o casualidad. Así fue que salieron con el carácter digno de una final y las muñecas afiladas para volver a vencer a las bonaerenses por 24 a 16.

Y redondearon, más allá que siempre aspiran a más, un torneo y un ciclo sobresaliente por donde se lo mire. La primera instancia zonal, allá por fines de octubre, la superaron sin mayores obstáculos y se adjudicaron con el premio mayor; la segunda instancia regional, en los últimos días de noviembre, el nivel se puso más parejo pero una vez más brindaron al máximo sus capacidades y se llevaron el trofeo a casa. 

Ya el último paso era un escalón más, codearse con los mejores del país. Sus codos se transformaron en escudos resistentes a todo tipo de enfrentamiento. El alma y la garra se volvieron el arma mas poderosa, porque la condición física puede ser o no la óptima, pero si no hay corazón... si no hay corazón, hay poco por hacer. Ellas hicieron, y mucho.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente